Procesadores de texto

La historia

Durante el siglo pasado, una fábrica de tornillos en Estados Unidos, necesitaba presentar con formalidad, un catálogo de sus productos, estipulando cada una de los detalles de un poco más de un millón de artículos. La manera tradicional de presentación de los catálogos de las empresas similares consistía en el dibujo (a pulso) de las longitudes y dimensiones en general de cada tornillo, tuerca, abrazadera o rondana fabricada, teniendo como anexos, páginas dedicadas a las uniones de dos o más productos. La tarea se volvía cada vez más titánica, y su precio se incremetaba conforme a los elementos que dicha empresa deseaba plasmar en aquel documento.

Una empresa desarrolladora de software, planteó la posibilidad de crear un catálogo de manera digital, reduciendo el tiempo de publicación y el trabajo de los dibujantes, a un precio considerablemente más bajo, que el que representaba la publicación de este trabajo, en su manera tradicional. Los desarrolladores entonces se avocaron en su labor, mostrando ante su cliente, un programa en el cual se podría introducir un texto desde una máquina de escribir, lo cual permitía al capturista obtener una vista previa, en papel y tinta, del trabajo realizado. Sin embargo, la innovación se encontraba en la posibilidad de guardar cada caracter introducido, reduciendo el riesgo de un error al momento de capturar el texto; así mismo, se ofrecía la posibilidad de introducir un algoritmo en lenguajes  máquina, realizando una impresión en serie, y no grabada en un marco, manteniendo y asegurando la calidad de la impCatálogoresión.

Cuando los desarrolladores mostraron el producto final, se llevaron una gran sorpresa, pues sus clientes creían absurda, la facilidad con la que podría generarse un catálogo de gran calidad. Determinaron que aquellos empleados que introducían los textos eran genios, al manipular el programa con maestría, pero por supuesto, no estaban conformes con mantener el sueldo de los empleados que elaborarían aquel documento, si su trabajo se había reducido al de un simple capturista de datos. En algo se equivocaban, pues los genios, eran precisamente los desarrolladores, al crear un programa que fuera sencillo de manipular, y que permitiera la corrección de errores en el momento. Se había creado el primer procesador de texto de la historia, del cual se prescinde el nombre.


Los hechos

Una fobia común entre la mayoría de las personas, es el hecho de plasmar en un documento de texto, una idea. El simple hecho de vLimitanteser una hoja de papel en blanco, esperando a ser atiborrada de información, causa miedo y desesperación; si a todo ello aunamos (en nuestra era tecnológica) el hecho de seleccionar de entre un amplio número de opciones, aquella herramienta que brinde la posibilidad de generar un documento de calidad, pero que a la vez sea fácil de manipular, seguramente nos quedaremos en el intento de buscar una aplicación que reúna estas dos características.

El tema del diseño, la corrección ortográfica, la elección de las fuentes de información, el tamaño de las sangrías y espaciados, así como el interlineado entre párrafos, son conceptos que resultan familiares, para cualquier persona que haya tenido contacto con algún procesador de texto, sin embargo, son elementos que no intervienen directamente en la labor creativa del escritor, pero que causan incertidumbre, sobretodo cuando no se conocen las características de presentación o dicho en otras palabras, cuando no es fácil seleccionar que tipo de documento se está generando. Y aunque existan estándares para la publicación formal de un documento, pueden resultar confusas, dando clic aquí, encontraras algunos ejemplos.

Un último hecho que resulta interesante puntualizar sucede cuando escuchamos la frase: «Procesador de textos», lo cual hace que inmediata e irreversiblemente viene a nuestra memoria Microsoft Office Word, hecho que aunque sucede la mayoría del tiempo es completamente válido.


Procesadores de texto tradicionales

Llamaremos procesador de texto tradicional a aquel procesador de texto capaz de cumplir con la necesidad básica de generar un documento de manera formal a través de una interfaz gráfica en una computadora. A pesar de que actualmente existen un enorme número de aplicaciones, ellos carecen de un carácter de diseño profesional al momento de presentar los resultados, en ésta categoría podemos encontrar a los siguientes:

  • AbyWord.

 

  • Microsoft Office Word
  • OpenOffice Writer

  • Google Doccs

A pesar de que se pudiera en un momento determinado hablar de las características e incluso de las ventajas y desventajas de cada uno de éstos programas, no terminaríamos de citarlas; sin embargo en algo si podemos puntualizar y que es precisamente la principal característica de los mismos. La calidad con la que los documentos generados a partir del uso de estos procesadores está íntimamente ligada a la habilidad de quien trabaja con ellos y en general las características de diseño requerido para presentar un documento de texto.

Procesadores de texto de calidad editorial

Ahora bien la contraparte de un procesador de textos tradicional, son los llamados procesadores de texto de calidad editorial, en los cuales la manera de presentar los resultados si bien está predeterminada para ser de gran calidad, puede ser modificada a los requisitos que el usuario así se disponga. De los siguientes procesadores presentados el documento generado tiene una extensión de formato de documento portable, el bien conocido .pdf, así mismo cabe agregar que los entornos de desarrollo de éstos documentos dista de ser parecido a los tradicionales, pues en ellos se encuentran únicamente las herramientas más indispensables para el diseño de un documento.

  • LaTeX Editor

  • TexMaker

  • Ulysses


Criterios de selección

Hasta éste punto una pregunta común es la asociada a: ¿Entonces qué procesador debo utilizar?

La respuesta está en función de las necesidades y algunas características que el usuario debe reunir, con ello hacemos referencia a que por ejemplo, si el usuario necesita generar un documento con premura o poco tiempo para su desarrollo resultaría inconveniente hacer uso de un procesador de textos de calidad editorial, y ello se debe a la «complejidad» que en un momento pudiera representar su uso.

Ahora bien, si es sabido que existe un tiempo considerablemente largo para el desarrollo de un documento de texto, no es disparatada la idea de pensar en hacer uso de un instrumento de textos con calidad editorial, por ejemplo, la creación de una tesis, un articulo cientifico, un libro, etc.

Entonces, ¿qué es lo que pasa si ya se domina un procesador en específico?, tampoco resulta trillada la idea de empezar a migrar a aplicaciones que brinden una mayor calidad. Cuando ésto se logre, la decisión es completamente del usuario.

«La diferencia entre el desorden y la ciencia, es que ésta última se encuentra escrita en papel».

-Adam Savage

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